En marcha hacia octubre

La certeza de que la candidata iba a ser la “pingüina” era un hecho desde mayo; sólo faltaba la liturgia oficial. Y ayer, por fin, Cristina Fernández de Kirchner concretó su lanzamiento. La esposa del presidente comenzó su carrera hacia el 28 de octubre arropada en un eslogan marketinero. El discurso no aportó ejes particularmente novedosos.

En el prólogo a su campaña, planteó un llamado a la calidad institucional y una garantía de continuidad económica, dedicó poco espacio a fustigar a la oposición y se presentó como un alternativa sensata, en el marco de una previsible defensa de la gestión de su marido. Sus recientes viajes a Venezuela, México, Estados Unidos y Francia sirvieron para dar contexto a una imagen que se concibe distinta, en un país en el que hasta ahora no hubo una presidenta elegida en forma directa por el voto ciudadano.

El modelo de Hillary Clinton, también senadora y ex primera dama, conocida por su fuerte personalidad y precandidata a la Presidencia de su país, quizás sea un espejo en el que no le disguste reflejarse a Cristina Kirchner. La esposa del presidente realizó un recorrido por algunos de los recurrentes episodios traumáticos que jalonan nuestra historia. Hizo hincapié en la necesidad de reconstruir el Estado como herramienta para defender el interés de la mayoría, y reiteró que hace falta “poner en vigencia el texto de la Constitución, una responsabilidad también de la oposición, en todos los mostradores”.
En lo económico, abogó por un nuevo modelo de acumulación, que debería estar a cargo de una burguesía diferente. En uno de sus momentos más convincentes, Cristina de Kirchner hizo suyo uno de los argumentos de Chantal Mouffe: no se puede hacer desaparecer la conflictividad social. La politóloga belga asegura en su último libro que un mundo sin izquierda ni derecha, una democracia absoluta, libre de conflictos, es una utopía. “Apostamos a la vida y a la convivencia”, puntualizó la candidata en el último tramo de su exposición. Si las encuestas se confirman, es probable que a fin de año tenga su propia oportunidad de demostrar que esa apuesta es posible.