Se endurecen los piquetes en el vecino país
Familias que no podían salir de Bolivia por los cortes de ruta regresaron ayer en un avión militar. El conflicto comenzó hace seis días y aún hay turistas que esperan regresar hoy a la Argentina.
Las agujas del reloj señalaban que habían pasado 37 minutos de las 7 de la tarde. El avión Hércules que la Fuerza Aérea Boliviana dispuso para el traslado de los argentinos varados en Bolivia, dio dos vueltas de reconocimiento antes de tocar suelo nacional. Apenas la aeronave se detuvo, se comenzaron a escuchar los aplausos y a ver rostros llenos de lágrimas de los familiares que esperaban ansiosos la llegada de sus seres queridos, luego de casi una semana de angustia.
Gracias a gestiones entre ambos países, los argentinos atrapados por los cortes de ruta en Tarija fueron evacuados en tres vuelos de 80 pasajeros cada uno, dejando atrás una odisea que los trajo de regreso de Bolivia, con recuerdos que tratan de olvidar y pertenencias que desean recuperar.
De común acuerdo, fueron los improvisados pasajeros los que decidieron que los primeros en volver serían aquellos que no habían viajado en automóvil hacia el vecino país, para así esperar y alimentar la ilusión de que se produzca algún "milagro" para retornar en sus propios vehículos.
El aeropuerto "Horacio Guzmán" fue silencioso testigo de la llegada angustiada de los argentinos, en su mayoría oriundos de Jujuy, Salta y Tucumán.
Entre los pasillos del aeropuerto jujeño se escuchó los relatos de lo vivido en Bolivia, mezclados entre la risa y alegría por el reencuentro y el llanto que fue fiel reflejo de la tensión vivida.
La incertidumbre fue máxima, inclusive al momento de abordar el avión que los traería de regreso. El artefacto suele ser utilizado para cargar víveres y otros elementos y fue acondicionado como se pudo con butacas y cinturones de seguridad. Una prueba más para los nervios de acero de los argentinos.
Una aventura
Se esperaba que en la madrugada de hoy arribe el último de los tres vuelos, con el resto de los turistas argentinos.
Desde el jueves pasado, los campesinos bolivianos cortan la ruta internacional entre Tarija y Argentina en reclamo de asistencia financiera, un radar antigranizo y la distribución de regalías petrolíferas.
El inicio de las manifestaciones sorprendió a la mayoría de los argentinos, que tenían planeado volver en auto o colectivo. A muchos se les acabó el dinero y tuvieron que ser asistidos por la Gobernación de Tarija y el Consulado argentino.
Durante el fin de semana, unas 135 personas volvieron en tres vuelos especiales de la empresa boliviana Transporte Aéreo Militar que los dejó en la localidad fronteriza de Bermejo. El domingo otras 60 lograron atravesar los cortes, con ayuda de la Policía, persuadiendo a los manifestantes de que los dejaran pasar.
Sin automóviles
Las familias que arribaron ayer tuvieron que dejar sus autos en un estacionamiento proporcionado por la Gobernación de Tarija y deberán buscarlos cuando se levanten los cortes.
Al inicio de los bloqueos, los conductores se resistían a retornar por vía aérea y abandonar sus vehículos, pero ayer cambiaron de opinión porque la postura de los manifestantes hacía pensar que no liberarían el paso en el corto plazo y el departamento empezaba a sufrir desabastecimiento.
"Las cosas se complicaban cada vez más. Aceptamos irnos sin nuestros autos porque quizás todo se agrave", dijo Oreste Sfriso, uno de los tucumanos que estuvieron hasta ayer en Bolivia.
El cónsul de Argentina en Tarija, Carlos Wydler, describió que "la protesta se ha profundizado en las últimas horas" y consideró difícil que se liberara el camino hoy.
Una situación insostenible
Turistas argentinos que estuvieron varados en Bolivia por los cortes de ruta en Tarija hasta ayer relataron que en los últimos tres días se tornó prácticamente insostenible con el sensible encarecimiento de los alimentos y el combustible.
El cónsul de Argentina en Tarija, Carlos Wydler, confirmó que productos básicos como pan, frutas y verduras subieron de precio porque los piquetes impiden la llegada de camiones abastecedores. La menor disponibilidad de alimentos determinó que los comercios comenzaran a cobrarlos más caros. Los cortes también interrumpen la llegada de nafta y gas.
Los manifestantes de Tarija, cortan la ruta hacia Argentina para reclamar al Gobierno local que se entreguen fondos por 5 millones de dólares a campesinos afectados por inundaciones hace seis meses. Los productores también piden la habilitación de un radar antigranizo y la distribución de regalías hidrocarburíferas en comunidades del departamento.
Hay 17 bloqueos entre Bolivia y Argentina. Para interrumpir el tránsito, los campesinos colocaron enormes montículos de tierra, ramas, piedras y otros obstáculos en el asfalto.
Sortearon los piquetes
Pablo Espinoza, un turista salteño que permaneció en Tarija hasta el domingo, relató que salió de Bolivia con unos 60 argentinos que sortearon los piquetes.
Espinoza contó que el domingo a la mañana, la Policía de Tarija dispersó a los manifestantes del primer bloqueo usando gases lacrimógenos para que pasara una caravana de conductores argentinos además de taxis y colectivos con patente boliviana.
El grupo atravesó los demás cortes sin custodia. "Los bolivianos se bajaban en cada piquete y presionaban hasta que nos daban paso", contó el turista. Espinosa criticó al Consulado Argentino en Tarija. "No nos ayudaron en nada. Nos asistió más la Gobernación de Tarija, que incluso consiguió los vuelos para que los argentinos pudieran salir de Bolivia", aseguró.
Emoción y angustia
Los abrazos eran interminables y más de una lágrima se escapó ayer entre la emoción del retorno y la angustia de la experiencia vivida.
Los familiares esperaban ansiosos en el aeropuerto "Horacio Guzmán" de San Salvador de Jujuy a que el avión militar boliviano pusiera fin a la historia. Allí estaban muchos salteños que, enterados del traslado, viajaron hasta la vecina provincia para esperar a sus familiares.
José Abraham era uno de ellos: "Mi mujer y mis hijos están en Tarija; yo estoy tranquilo porque allá están mis suegros y estoy en permanente contacto con ellos; recién me llamaron, pero con todo lo que pasó, uno se siente más seguro de tenerlos de vuelta", sostuvo.
Sin disimular su nerviosismo, el salteño contaba los momentos vividos sin dejar de mirar hacia el cielo, mientras el viejo "Hércules" CP 2184 de la Fuerza Aérea Boliviana, daba vueltas de reconocimiento sobre la estación área jujeña. Fue uno más de los que comenzaron a aplaudir instintivamente desde la terraza del aeropuerto, cuando la nave decoló. El reencuentro con su familia fue igual y al vez distinto a todos.
Los salteños ya están de vuelta en casa y la odisea por la que pasaron será ahora parte de un recuerdo que habrá que aprender a olvidar.
El Tribuno
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